Tener un buen colchón no basta para conseguir un descanso reparador si no lo complementamos con la almohada adecuada. Elegir el material correcto de la almohada para que se adapte a nuestras necesidades es crucial para tener un descanso confortable.
La principal característica de las almohadas de fibra es que son altamente higiénicas, se pueden lavar en la lavadora sin que se estropeen sus propiedades. Además, son muy transpirables, evitan que se acumule el calor al dormir, por lo que si eres una persona muy calurosa o sudas mucho por las noches, te recomendamos este tipo de almohadas.
Otra ventaja de las almohadas de fibra es que son hipoalergénicas, es decir, están diseñadas para minimizar el desarrollo de reacciones alérgicas.
Son ideales para personas que duermen boca abajo, ya que esta postura requiere que utilicemos una almohada de poca altura para conseguir mantener la columna alineada.
Las almohadas de fibra por lo general son baratas, así que si no tienes ningún problema postural que requiera de una almohada especial esta puede ser una buena opción.
La viscoelástica se caracteriza principalmente por ser un material ergonómico. Las almohadas viscoelásticas se adaptarán a tu peso y a tu temperatura corporal, memorizando tu constitución.
Son un poco más caras que las almohadas de fibra, pero son perfectas si sufres de dolores cervicales o de espalda, ya que van a mejorar notablemente tu descanso.
Hay que tener en cuenta que las almohadas viscoelásticas no se pueden lavar en la lavadora como las de fibra, muchas de ellas incorporan una funda exterior que es lavable, te dejamos por aquí un post dónde explicamos más detalladamente cómo lavar una almohada viscoelástica.
Si aún tienes dudas sobre qué almohada es mejor para ti, contacta con nosotros mediante el chat o correo o déjanos un comentario contándonos tu caso, ¡te ayudaremos lo antes posible!
