Una lesión, un colchón o una almohada inadecuada o las malas posturas que adquirimos a lo largo del día son las principales causas de un dolor de cuello. Las almohadas cervicales son un “remedio casero” para sobrellevar lo mejor posible estas dolencias.
La Fundación Americana del Sueño, ha demostrado que usar una almohada cervical durante un período de 4 semanas seguidas reduce notablemente las molestias en el cuello, sobre todo las dolencias nada más levantarnos.
Para aquellas personas que sufren dolores de cuello ocasional o frecuentemente es recomendable el uso de una almohada cervical. Las almohadas cervicales además de dar soporte, sujetan la espina dorsal y se ajustan perfectamente al cuello, esto evita que se produzcan tensiones musculares a la hora de dormir.
El ronquido en muchas ocasiones se produce por una posición inadecuada del cuello, la almohada cervical en este caso ayudará a mejorar la postura al dormir, consiguiendo así una disminución de los ronquidos.
Muchos fisioterapuetas recomiendan el uso de una almohada cervical después de un accidente en el que se haya sufrido un traumatismo cervical. Este tipo de almohada ayuda en la recuperación al hacernos adquirir una mejor postura al dormir.
Las almohadas cervicales ayudan a aliviar la presión que ejerce el cuello al dormir, por lo que contribuyen a mejorar el flujo sanguíneo hacía el cerebro.
Estos tipos de problemas se pueden mejorar con la ayuda de las almohadas cervicales, siempre y cuando sea leve y no haya otras causas subyacentes. Por ello te recomendamos que consultes con tu médico antes de tomar cualquier decisión.
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